Ayer en la "Feria del Livro" de Braga me llama la atención el título "Fernando Pessoa em Espanha", porque él nunca se acercó físicamente a España, ni siquiera a la frontera de Badajoz.
Pessoa si mantuvo numerosa correspondencia con varios escritores españoles, incluso en abril de 1931 hace una carta astrológica de la Segunda República, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Portugal.
La modernidad de Twitter o la mensajería instantánea de WhatsApp, han acabado con ciertas costumbres como las cartas de amor en papel. Aunque para Mark Twain "el producto más franco, más libre y más privado de la mente y del corazón humano es una carta de amor".
Amelia Castilla en "La intimidad al descubierto" dice: "En cinco milenios de historia se escribe más que nunca, pero el rito de escribir a mano, doblar el papel, guardarlo en el sobre, pegar el sello y depositarlo en el buzón, se extingue. Apenas un cinco por ciento de las cartas que se envían por correo actualmente tratan de asuntos personales".
Atrás quedan las cartas jóvenes y fogosas desde la guerra o la mili, las apasionadas de Mariana Alcoforado, la monja portuguesa enamorada de un militar francés o las "cartas de amor de un sexagenario voluptuoso" que Miguel Delibes escribía en su novela.
Feliz fin domingo a todos, a pesar de que... en estos días no se escribirán cartas, los políticos del PP enfrascados en sus primarias, ni los de la oposición, dispuestos a sacar partido de la polémica elección del presidente de RTVE o la "cuestión catalana".
(Cuadro de Vermeer, "Carta astrológica de la Segunda República" BNP)
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