El cinco de julio en mi familia era un día especial, porque se celebraba el santo de mi abuelo, mi padre y el mío.
San Miguel de los Santos nació el 29 de septiembre de 1591, día del arcángel San Miguel, por eso fue bautizado con los nombres de Miguel José Jerónimo; con cuatro años se escapó al Montseny para ser eremita junto a dos amigos.
Ingresó en la orden de los Trinitarios y murió con 33 años, según una estampa encontrada en casa de mi tía era venerado para curar "los males cancerosos, tisis y fiebres malignas".
En una de las reformas del santoral se cambió el día de Miguel de los Santos, pero yo sigo cebrando que hoy, en 1971, la Telefónica implantó la red de transmisión de datos que serviría para enlazar aquellos inmensos ordenadores que mi padre me enseñaba en el Ministerio de Hacienda, iniciándose en España la era digital.
Feliz jueves a todos, a pesar de que... hemos perdido la inocencia de las estampas pero hemos ganado conectividad e instantaneidad.
(Foto M.Blasco)
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