Ayer causó polémica, mi breve entrada sobre el matrimonio de dos hombres en Galicia en 1061.
Durante la reunión del jurado de los premios de poesía Francisco de Quevedo, aclaré a alguno de mis compañeros y hoy lo comento aquí con testimonio gráfico, que más que unión se trató de una ceremonia de hermanamiento que mantenía el mismo esquema que en el caso heterosexual, con la presencia de un párroco y en una iglesia.
El documento que atestigua la boda se encontró en el Tumbo del Monasterio de Celanova y hoy está depositado en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.
El 16 de abril de 1061, Díaz y Vandilaz se comprometían por escrito a poner sus vidas y actividades diarias en común, como la habitación, la ropa o la comida, consignándose 'amicos bonos cum fide et veritate'.
Traducido del latín:
"Se obligaban a ser recíprocamente buenos amigos, con fe y verdad, todos los dias y noches, en la próspera como adversa fortuna, con amigos y con enemigos, y aquel que muriera antes dejase al sobreviviente la casa y los scriplos, es decir, los documentos que acreditaban el derecho de cada uno de ellos sobre la casa é iglesia, ó sean los títulos de propiedad".
"Se obligaban a ser recíprocamente buenos amigos, con fe y verdad, todos los dias y noches, en la próspera como adversa fortuna, con amigos y con enemigos, y aquel que muriera antes dejase al sobreviviente la casa y los scriplos, es decir, los documentos que acreditaban el derecho de cada uno de ellos sobre la casa é iglesia, ó sean los títulos de propiedad".
El catedrático Carlos Callón que ha investigado la 'adelphopoiesis': "cree que la unión implica los mismos derechos y deberes que cualquier otro matrimonio de la época, y que fue a partir de 1215 cuando la Iglesia lo declaró un sacramento para el que se requiere su intervención".
Feliz domingo a todos, a pesar de que... mi intención no era crear polémica, sino recordar que las uniones entre personas del mismo sexo ya existían hace muchos años.
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